Zonas

Nuestro camino no es por fáciles prados de hierba, sino que es un sendero de montaña escarpado y lleno de dificultades. Pero siempre hacia adelante, hacia arriba, hacia el sol.
Ruth Westheimer


miércoles, 28 de noviembre de 2012

Espolon Norte Tozal del Cartujo (IV)


Ya era hora, había ganas de volverse a poner los crampones, desde la ascensión al Mont-Blanc han estado guardados en el armario.
La primera invernal de la temporada la haremos en Sierra Nevada, ya que por el norte parecía que el tiempo no iba a ser muy bueno, pele, Cordeiro y yo, sobre las 21:00 estábamos cenando en un bar del pueblo de Sierra Nevada, para después ir a sobar al aparcamiento de la hoya la Mora, en la puerta de uno de los muchos chiringuitos.
                                              
A las 07:00 estábamos desayunando y sobre la 08:00 estábamos en marcha, según las reseñas leídas  en una hora aproximadamente estaríamos en la base del Espolón para empezar a escalarlos, pero ya sabéis que no hay que fiarse mucho de estas cosas, y el camino, entre la nieve que aveces nos llegaba por la rodilla y los sube baja de los barrancos se hizo pesao y mas largo de lo esperado, tres horas.






Tras ponernos todo el material encima comenzamos y pronto la primera dificultad, un diedro muy bonito, pero con nieve todavía no transformada, que nos acompañará todo fin de semana, se complica mas de lo esperado y decidimos hacerlo en ensamble, metiendo algún que otro cacharrillo, ya que se protege bastante bien, lo superamos y seguimos entre nieve y roca, con algun paso que otro comprometido.

                                                                     




Cuando me quedo sin material, me releva Pele y seguimos progresando en ensamble, ya que el terreno presenta dificultades  en muchos puntos, llegamos a un gran masa rocosa  que sortearemos por la parte izquierda y que unos metros mas alante, nos  hará realizar un paso algo comprometido para subirnos en ella, y donde Pele nos dejara uno de sus piolets técnicos bien encajado en una grieta para poder rebasarlo.

                                                                     


Vuelvo a retomar la cabeza de la cordada y seguimos realizando esta bonitas arista, arriba, abajo, roca , nieve, con pasos delicados, hasta llegar al rapel, de unos 10 metros, que nos baja al paso mas complicado de la vía.



Le toca a Pele, pero se da cuenta que le falta un piolet, que se ha dejado en el ultimo largo, justo antes del rapel. Le aseguramos y busca por donde subir, encontrando un corredor unos 15  metros mas abajo, que le lleva no sin dificultades donde lo olvidó, Corde y yo nos hemos quedado completamente frios, y  todavia queda asegurar el largo clave de la vía a Pele,  total una hora completamente parados en la sombra.
 El largo de 15 metros presenta dos pasos con dificultad, el primero una estrecha chimenea, superada en oposición y el segundo un bloque empotrado vertical que se da por su lado derecho con buenos agarres.





Tras este largo la cosa se pone mas fácil y avanzamos rápidamente hasta una depresión  cubierta de nieve que utilizaremos para vivaquear esa noche, ya que son las 18:00 y las fuerzas están ya flojeando. Después de la cena a dormir a una temperatura de -2º, encima de la nieve.















A las 06:30 estamos despiertos y después de recargar las pilas con el desayuno vamos a por la cumbre viendo un amanecer increíble, solo por esto ha valido esta noche a la intemperie, en 30 minutos estamos en la cima.




todavía queda toda la arista hasta el refugio de la Carihuela, en la que no paramos de encontrar pasos muy expuestos, trepadas y destrepadas entre bloques cubiertos de nieve y travesía con buenos patios, donde no se puede tener ningún error.




ascendemos 3 cimas de  3000 m., hasta que sobre las 12:30 llegamos al collado de Carihuela, con el Veleta ahí al lado, en una hora y media estamos de vuelta en la Hoya la Mora, donde el coche de Corde nos espera, pero la bateria se le ha fundido y no arranca, menos mal que tenemos pinzas y con la ayuda de unos granainos podemos arrancarlo, para volver a casa sin ningún problema.