Después de haber estado haciendo cosas bastante subiditas de tono y con la adrenalina por todo lo alto ya tocaba una mas tranquililla, pero bastante interesante ya que solo había estado una vez en Sierra Nevada, además, me tocaba la organización de la salida y no sabia como me iba a desenvolver.
A las diez de la noche, el primer grupo ya estábamos en el camping de Trevelez. Tras cenar un plato Alpujarreño con mucha, mucha grasa y sin esperar al resto del grupo, al que todavía le quedaba una hora de viaje, nos fuimos a dormir a la cabaña que nos tenian preparados los dueños del camping.
A las ocho de la mañana con el ultimo retoque a las mochilas para repartir les tiendas, y después de pegarnos un pedazo de desayuno, nos echamos la mochila a la espalda y empezamos la ascensión hacia Siete Lagunas.
Y seguimos hacia el norte por la ladera izquierda del valle del rio Trevelez, un camino bien pisado, con una inclinación que ya nos sacaba las primeras gotas de sudor. Como nos pesaban las mochilas!!!.
En unas tres horas nos encontrábamos en la Campiñuela a 2400 m. curioso sitio de antiguo pasto y cultivo.
A partir de aquí nos encontramos con algunos neveros no muy grandes que se atravesaban sin dificultad.
Hasta llegar al río Culo de Perro donde paramos a descansar, rellenar las botellas de agua y hacernos unas fotillos.
Después de cruzar el río ya con un poco mas de nieve, pero mucha menos de la que nos habían advertido en el camping, y una ultima pala bastante inclinada llegamos a la zona de Siete Lagunas, con mucha menos nieve que cuando yo había pasado por aquí, en el mes de noviembre.
En seis horas estábamos donde había que montar las tiendas,
pero teníamos tiempo de subir al Mulhacen, ya que alguno me lo había comentado antes de salir de Madrid , lo propuse y después de comer algo decidimos tirar para arriba, Miriam, Ruben, Carlos, Cordeiro y yo.
En dos Horas estábamos en la cima con unas vistas maravillosas
Carlos emocionadisimo, era su primera ascensión a un 3000, además sufriendo de lo lindo con un poco de mal de altura, que da mas gustillo, enhorabuena.
Una hora mas tarde estábamos de vuelta, bastante cansados.
Después de cenar, y cuando estábamos apunto de acostarnos, apareció un invitado que nos iba a dar la noche, "EL ZORRO", lo vimos en la tienda de los compis malagueños, con los que habíamos hecho casi toda la subida, ya nos lo habían advertido en el camping, que tuviesemos cuidado con la comida, así que después de espantarle, a dormir, bueno a intentarlo porque entre el fuerte viento y el cabrón del zorro nos dieron la noche.
A las seis de la mañana me despierto, enciendo el frontal y "toma ya", ahí está, en nuestros pies, con la cabeza metida dentro de la mochila de Carlos, el zorro, que listo, había abierto la mochila sin romperla, a mi me había sacado de la tienda el gorro, los guantes, los calcetines... en otra tienda se había llevado comida , mochilas rotas,... que desastre y todo esto en una sola noche.
Bueno después de hacer recuento de las perdidas causadas por el compañero nocturno, nos tomarnos el desayuno y nos despedimos del Yayo y Miguel que estaban un poco perjudicados de la rodilla y la espalda respectivamente y decidieron bajar poco a poco hacia Trevelez, nosotros comenzamos con el objetivo de la salida, la Alcazaba (3364 m).
Por la ladera del Peñón del Globo en una hora y media, después de una bonitas trepaditas finales nos encontramos con el primer pico el Peñón del Globo (3288 m.).
Continuamos hacia la Alcazaba pasando por otros tres picos de mas de 3000 m con unas vistas impresionantes de la cara norte del Mulhacen,
Hasta llegar al objetivo, que bonita ascensión, unas de las que mas he disfrutado de todas las que he hecho, después de hacernos las fotos de rigor,
y comer algo tiramos para abajo y en poco mas de una hora estábamos desmontando las tiendas.La bajada hacia los coches ya bastante pesada por el cansancio acumulado, la hicimos en unas tres horas, y que alegría encontrarnos con el Yayo y Miguel en un bar del pueblo, donde nos comimos un buen bocadillo de jamón de la zona con unas cervecitas, y coger fuerzas para el viaje de vuelta a Madrid.
.